“Aunque en todas mis dolorosas transformaciones hubiera ganado algo invisible e imponderable, caro habría tenido que pagarlo, y de una a otra vez mi vida se había vuelto más dura, más difícil, más solitaria y peligrosa” ("El Lobo Estepario", Hermann Hesse)
domingo, 7 de noviembre de 2010
LAS AGUAS DE LA IRA
las descargas se multiplican
perdidas en la eugenésica hostilidad que nos consume
atrapados en una telaraña de odio heredado
relámpagos de un legado involuntario tatuado en nuestra piel
si pudiéramos desenfundar nuestras espadas ante el grito que nos devora
si el declive no fuera inevitable
si cada gota no se sumara a otra
si uno y uno fueran zero
si tú más yo fuera otra cosa
cuento truenos y cada vez están más cerca
cuento uno, dos, tres, cuatro, miles
pero siempre se repite, siempre vuelve, siempre insiste
el estruendo nos engulle en un mar de desamparo
nos sorprende el ocaso con un ruido insoportable
el zumbido de la barahunda de nuestras almas perdidas buscando respuestas
la cólera hirviente condensada en algodones de furia
que explotan en nada
y nos piden las cuentas
las aguas de la ira no se evaporan, provocan tormentas
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Grande, kadabri!
ResponderEliminarQué increíble es huir de la tormenta with you.
Ahora más que nunca. ;)
aguas agitadas nunca fueron buenas... pero si algo tienen de bueno las tormentas es que no son nunca eternas. las palabras y las personas sí ;)
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