viernes, 9 de julio de 2010

LAS INMENSAS DUNAS DEL ANOCHECER


guardas en tus bolsillos la arena del tiempo
y la dejas deslizar a tu antojo entre tus manos
precipitándose con ella los anhelos de los que con ella se pierden
formando un desierto de últimos suspiros a tus pies

eres el final de todos los caminos
tan incondicional, tan rotunda y definitiva
madre del adiós y de todos los miedos
inmutable y paciente, tan dolorosamente inevitable

cuántas veces besé tu presencia en su cuerpo marchito
con hielo en los labios y un nudo en el vientre
suplicando una prórroga o un final repentino

y fría como un invierno cortaste de pronto
con tu filo inclemente mi cordón umbilical

y la noche se hizo noche
y en polvo nos convertiremos


un grano de arena perdido en el las inmensas dunas del anochecer