martes, 13 de diciembre de 2011

COMO UN TORRENTE


se veía desaparecer a través de su propio ombligo
un vacío eterno se deslizaba hacia su interior
como un torrente de vísceras
escarbando en su historia

vio aparecer toda su existencia a la velocidad de la tormenta
y en el cráneo cada pérdida le retumbaba como un trueno
como un torrente de deshechos
empujando derrotas a la deriva

se hizo un ovillo en su propio regazo
y su propio cuerpo contorsionado le sirvió para recostarse como un animal herido
como un torrente de huesos y piel y músculos
persiguiéndose a sí mismo

y fosilizado al amanecer apareció en el río
marcado por todos los surcos que le habían vencido
como un torrente de fracasos drenando sus días
como un torrente
se le fue la vida

domingo, 14 de agosto de 2011

DE PRONTO, A LA DERIVA


verte de lejos y no reconocerte
el frío abriendo paso entre los dientes
quererte cerca y no tenerte
que mi boca no te alcance
y mis ojos no te encuentren

los glaciares que nos separan de repente



hacernos río. hacernos mar. nadarte
los océanos en los que me pierdo cuando no logro encontrarte
de pronto, a la deriva. sentirme náufrago
amarte en silencio. amarte a gritos. amarte


el zumbido insoportable que emite tu ausencia
un horizonte sin ti hendido entre los huesos
sentir como se acerca despacio el invierno
y morirme de lejos, morirme de cerca


que una milésima de distancia sean doscientos puntos de sutura
el hogar que escondo en tus huecos
y los huecos que encuentro en tus muros
perderte un segundo y sentir que todo vence
que las paredes se desplomen cuando no logro entenderte
entender que vuelves y esperarte en tu vientre
devorarte el ruido. devorarte el miedo. devorarte siempre



domingo, 31 de julio de 2011

SILENCIOSA COMO LA NIEVE


silenciosa como la nieve llegaste de pronto
con el pecho entreabierto
y ruido en el alma

tus cicatrices palpitaban un sufrir callado
ocultando gritos bajo el esternón

en tus ojos, más negros que el miedo
navegaban barcos hundidos
y mis labios, deshauciados
sólo ansiaban anclarse en tu boca

silenciosa, como la nieve
atravesaste abismos en la noche más oscura

y te llevaste el frío

el ruido


el invierno



y como una tormenta muda
rompiste el estruendo

sábado, 11 de junio de 2011

SÓLO LOS MORIBUNDOS ENTIENDEN LA BELLEZA DEL AMANECER


hace tiempo que las mañanas me amanecen con sonrisas pegadas al rostro
a veces pienso que no me pertenecen
que alguien se las inventa y me las pega al despertar

me levanto sonriente sin motivo aparente
me miro al espejo y allí están
incrustadas en mi cara esas sonrisas de cartón

desde hace unos años me gustan las mañanas
porque los monstruos hace tiempo que ya no salen de debajo de la cama
y hay hilos invisibles que me levantan con alegría repentina
y felicidad prefabricada

y pienso que qué motivo tendré yo para tanta sonrisita
que no será por falta de palos o desengaños
que por qué me gustan tanto las mañanas
con toda esa maldita luz que ilumina el desastre

y es que últimamente me encantan las mañanas
porque me encuentro con gatos que también madrugan
que me sonríen entre sábanas blancas
y me recuerdan por qué es bonito despertar

que se abrazan al crepúsculo con una felicidad felina
como si hubieran perdido ya todas sus vidas
y sólo les quedara la alegría
de saberse vencedor

a ti, gato, te digo
que adoro colisionar con tu sonrisa felina al despertar
y tener accidentes en tus ojos sedados
y que me comas a besos y a buen humor
mientras el mundo despierta enfadado

porque, gato, ya hemos muerto muchas veces
y la mala hostia pa los peces
que los vivos al final no están tan vivos
y sólo los moribundos entienden la belleza del amanecer

jueves, 27 de enero de 2011

NIÑA MUERTE


niña muerte
pinta en las paredes sus heridas
un rastro de soledad

con las manos llenas de plasma
firma autógrafos de sus pérdidas
hasta caer como una pera marchita y abatida
entre hojas de olmo y abandono

la piel labrada en surcos
cuenta pedazos de su historia
se acurruca por las noches
dolida en transversal

planta semillas de alegrías terminales
y encinta de derrotas, embarazada de fracasos
abona la tierra con el útero en los pies
y con lágrimas de cal

en un anochecer cualquiera
niña muerte, fantasma en vida
da a luz al vástago de su miseria

de pie
bajo las tinieblas
entre gritos y susurros

un chasquido en la penumbra


y al amanecer una sombra de renuncia
una mancha de desidia
le cubre el cuerpo entero
con una realidad de mármol

Niña muerte, hija tránsfuga
sólo siembra frutos invisibles
futuros imposibles
ilusiones sin verdad

niña muerte, madre infecunda
no dio a luz, dio a oscuridad