
hace tiempo que las mañanas me amanecen con sonrisas pegadas al rostro
a veces pienso que no me pertenecen
que alguien se las inventa y me las pega al despertar
me levanto sonriente sin motivo aparente
me miro al espejo y allí están
incrustadas en mi cara esas sonrisas de cartón
desde hace unos años me gustan las mañanas
porque los monstruos hace tiempo que ya no salen de debajo de la cama
y hay hilos invisibles que me levantan con alegría repentina
y felicidad prefabricada
y pienso que qué motivo tendré yo para tanta sonrisita
que no será por falta de palos o desengaños
que por qué me gustan tanto las mañanas
con toda esa maldita luz que ilumina el desastre
y es que últimamente me encantan las mañanas
porque me encuentro con gatos que también madrugan
que me sonríen entre sábanas blancas
y me recuerdan por qué es bonito despertar
que se abrazan al crepúsculo con una felicidad felina
como si hubieran perdido ya todas sus vidas
y sólo les quedara la alegría
de saberse vencedor
a ti, gato, te digo
que adoro colisionar con tu sonrisa felina al despertar
y tener accidentes en tus ojos sedados
y que me comas a besos y a buen humor
mientras el mundo despierta enfadado
porque, gato, ya hemos muerto muchas veces
y la mala hostia pa los peces
que los vivos al final no están tan vivos
y sólo los moribundos entienden la belleza del amanecer
te voy a comer a besos.
ResponderEliminarporque; querida, ya hemos muerto demasiadas veces.
J
'y la mala hostia pa los peces'
ResponderEliminarcon amor: un gato también.
pues sí, yo soy otro moribundo... y me encanta serlo
ResponderEliminarme gusta tu blog. me quedo.
besos de el regalo de tu presencia
me encantó el sentimiento derrochado en los versos, la idea que alguien venga a pegarte sonrisas por las mañanas... excelente!
ResponderEliminarbesos y abrazos