
Voy a poner tus ojos infinitos en mi mesilla de noche
para cuando no estés seguir clavando en ellos mis pupilas
y que puedas observar desde la distancia
como ni en sueños dejo de tocarte
Ya es como extraño despertar sin tu mirada
y me sorprenden las veces que mi cabeza te nombra en silencio
y mi memoria te emplaza en lugares que no hemos compartido (todavía)
Listas de la compra que multiplican sus items
billetes de avión con tu nombre completo
que todavía no he aprendido
ciudades impacientes esperando tu llegada
casas que preparan tu lugar favorito
hogares que te esperan con la chimenea encendida
mañanas con cafés recién hechos que ansían despertarte
y un perro que cuenta tu llegada ladrando los días
Y todo esto ya viene sonando a un cuento imposible
de esos de “fueron felices y comieron perdices”
sólo que las perdices no me interesan
sólo me interesas tú
que juegas a alcanzar lo inalcanzable
mientras la certeza aplasta las dudas a martillazos
y las utopías cobran vida en nuestras manos